martes, 20 de septiembre de 2016

Cábalas

Hoy Eltharion escribe sobre su alter ego imaginario, un tipo fanático sin remedio...

El reloj despertador lo sacó inmediatamente de un sueño con alto contenido de drama y lo trajo a la realidad. Sin embargo, a los 3 segundos que le tomó asimilar que era día de partido, quedó despierto del todo, consciente que le esperaba una serie de actos arbitrarios, ritos por sortear durante el día.

Es por ello que se afeitó, sabiendo que ya lo había hecho dos días antes y que estéticamente consideraba innecesario, No obstante tenía que hacerlo. Luego de la ducha, lo esperaban las medias, la camiseta y correa de siempre que se jugaba. La que sus compañeros identificaban inmediatamente al verlo y con seguridad permitían comentarle ¨Con quién juegan hoy?¨.

Sin mayor afán, se permitió salir a la hora de siempre y caminar hacía el trabajo, pensando que le esperaba un día pesado, pero con la seguridad de que al final de la jornada lo esperaba un buen momento. Se permitió escuchar una arenga grabada de otro momento, lo que lo llevó a esas charlas con amigos, cuyo tema central se había vuelto repetitivo en las últimas semanas, una noche futura y lo que se haría.

El día como se esperaba, transcurrió entre papeleos, instrucciones, y comentarios. La hora de salida vendría de perlas ya que no había cabeza para nada más que seguir los rituales. Llegar directo a la cancha, como siempre, encontrarse con los amigos de cancha, comer lo de siempre esperando la hora del partido, hablar sobre el rival de turno. Entrar a la hora de siempre, ubicarse de ser posible en el mismo sitio.

Finalmente llegaría el saludo previo al juego con sus amigos, una genuflexión inútil, dada su forma de ver la vida, incluso se permitió un pensamiento y un beso al cielo donde no estaba. Al final del juego habría una cena con los de siempre, celebrando que todo había salido como se esperaba, y como signo final de la jornada.

Antes de acostarse, con algo de melancolía habría de reconocer que nada de lo anterior había alterado el resultado esperado para bien o para mal, su racionalidad se lo advertía. Pero que se podía hacer, algunas cosas carecían de sentido o de realidad, sin embargo, no se podía permitir el lujo de cargar con la responsabilidad de un resultado adverso, era innegociable. Se durmió recordando el saludo al cielo negro en un marco Rojo.

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Un buen amigo me recuerda que el decálogo del hincha es claro: si no se respetan las cábalas, se acaba la milicia, porque puede que no sean totalmente eficaces, pero nadie se atreve a romperlas. Ni yo, ni mis amigos cercanos nos atrevemos a hacerlo, así nos llegue a doler. El fútbol y la vida se deben vivir así, con la pasión que se despierta. A ustedes y por ustedes va la historia de hoy. Gracias.

... Ya no hay frío, ya no hay vacío
La noche nos mece con su ruido...



Suerte es que les digo...

domingo, 11 de septiembre de 2016

La confesión

Si, ahora si hay que mencionar lo que se lleva en el pensamiento, y en el corazón ...

La noche se prestaba para pensar. Ligeramente fría, con un silencio apenas perturbado por las notas de una canción y de los carros que pasaban a esa hora en la madrugada de un domingo frente al balcón, y sus pensamientos, además de los problemas propios de la vida, se podrían decir que tenían un nombre y una sonrisa, o al menos el recuerdo de una sonrisa.

Puede ser que la situación iba tomando una velocidad indeseada, pero eso estaba claro y no había afán. Todo tiene un momento, incluso las relaciones, apresuradas o lentas, y así tomara más tiempo del deseado, el resultado valía la pena.

Puede ser también que confesar lo que se piensa y siente no es siempre lo mejor. Pero las distintas vueltas de la vida también enseñan que es mejor decir las cosas cuando se sienten y no guardarlas para un día cuando no quieran oírse, cuando sea demasiado tarde y se vayan como un espejismo en una sala de urgencias y vayan a parar a unos oídos vacíos y cansados  que  ya no creen.

Tal vez había que suponer que además del tiempo, también había una necesidad de espacio, esa es la mejor explicación de todo. Si personalmente se ha requerido tomarse momento y distancia para poder ver desde el burladero al reflejo de un actor en su actuación estelar, por qué no se habría de aceptar este hecho en otro reflejo? Solo era cuestión de crear el escenario perfecto para ello.

Posiblemente era todo junto, o tal vez no. Tal vez podrían existir mil razones más, al menos solo una adicional y diferente. Eso no se sabría por lo menos por esa noche mientras la canción terminaba, el silencio se volvía a adueñar de la noche, y llegaba el sueño intermitente y extrañado de una noche ligeramente fría y calmada.

Solo quedaba una certeza. No quedaban remordimientos. La vida se tiene que vivir de forma apasionada, las cosas se deben hacer con pasión, desde el trabajo que se haga a diario, la forma de llevar sus pasatiempos o la forma de vivir las cosas. Sin pasión, sin pasión mi querido y sonriente lector, es mejor no vivir. La pasión es el motor con que se debe vivir, así de simple.

Además de esta conclusión, quedaban algunas preguntas pendientes, que necesitarían de más noches de insomnio, respuestas por llegar, por encontrar, ojalá lleguen a buen puerto.

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Mientras llega un mejor desenlace a esta historia inconclusa, que Eddie y compañía traigan sus sonidos. Be sound.

...The North is to south what the clock is to time,
There´s east and there´s west and there´s everywhere life,
I know I was born and I know  thar I´ll die,
The in between is mine, 
I AM MINE!

And the feeling, it gets left behind,
All the innocence lost at one time,
Significant, behind the eyes,
There´s no need to hide...



Suerte es que les digo...