sábado, 31 de diciembre de 2016

Resumen 2016

y bueno, uno se acerca a Facebook y encuentra posts de resumen del año, y no tiene nada de malo, todo lo contrario, cerrar ciclos es necesario y mejor si se llenan con propósitos para un año nuevo. La pachanga ya me ha servido de catarsis en años anteriores y al menos sigue siendo ese refugio para decir las cosas que se vienen a la cabeza y se desarrrollan en forma de cuento.

2016, en retrospectiva fue un buen año. Veamos, viajes, pearl Jam, familia, América, Temple of the dog, trabajo, amigos, ejercicio, vos, Chris Cornell, ascenso, guns and roses, Alice in Chains, música, cine, idas al aeropuerto. Como ven, nada de qué quejarse.

América después de 5 años, se dignó a ascender, luego de un año de despertar nuevamente la pasión de su afición con buenas actuaciones, nos regaló un 27 de noviembre que no vamos a olvidar en la vida. No estuvimos el 19 de diciembre de 1979, pero pudimos estar ese 27, donde nos abrazamos con los amigos y volvimos a llorar como ese 17 de mierda, pero ahora de alegría. Hubo cambio de tribuna por cábala, y ese cambio trajo también reforzar amistades y conocer nuevas personas que se ganaron un sitio en el corazón por compartir la pasión igual que uno. También hay que agradecer que por ellos es que se ha retomado este buen hábito de escribir sobre esa pasión y su agradecimiento es un aliciente necesario y justo.


Musicalmente, fue un año inolvidable. 2015 fue especial, pero este año ha sido particularmente  bestial. Una nueva gira con Pearl Jam ahora en Estados Unidos, Alice in Chains con Guns and Roses, Temple of the Dog y Chris Cornell como cierre de un 2016 lleno de Grunge.


Y fue la música la que me llevó a reencontrarme con la familia. Si bien la relación con mi padre dista mucho de ser la mejor, el amor de la familia paterna ha sido lo mejor de este año. Hablar con mis primos y tías, compartir con ellos y sentirme una especie de hijo pródigo fue algo necesario.


El trabajo me llenó de retos que se cumplieron y que también hay que fortalecer. No fue el mejor de los años, y aparecen temores y cuestionamientos, pero también queda la sensación de que puede mejorarse y demostrar porque quiero seguir, no tirar la toalla y luchar por seguir adelante.

El corazón también tuvo sus buenos momentos. Me permití abrirme nuevamente e intentarlo. El resultado no fue el esperado, pero no hay ni remordimientos ni rencores. Todo lo contrario, sentir la tranquilidad y la paz al compartir, permiten iniciar el año con la sensación de que en adelante todo será mejor. Ya veremos qué se viene. Gracias por todo!

Se retomó la lectura, se hizo ejercicio, se comió y se bebió, los amigos llenaron el alma con buenos momentos. Personas llegaron, dejaron recuerdos y siguieron su camino, otras hicieron que la vida sea más amena, a todos ellos, mi agradecimiento.

Que esperar del 2017? La certeza de hacer las cosas de la mejor manera, continuar escribiendo y trabajando, basketball y guitarra, Buziraco y América, cerveza propia y proyectos musicales y literararios, sentirme orgullosos de mi familia y fortalecer relaciones, todo con pasión, especialmente eso, con pasión.

Es hora de alistarse para el abrazo con los míos, feliz año gente que aún me lee, gente que llega a leer, ya nos seguiremos viendo. Por ahora como siempre, la música de cierre, desde el que posiblemente hay sido mi mejor concierto del año.

... I saw you swinging 
Swinging your mother's sword 
I know you're playing but 
Sometimes the rules get hard 
But if somebody left you out on the ledge 
If somebody pushed you over the edge 
If somebody loved you and left you for dead 
You got to hold on your time till you break 
Through this times of trouble...



Suerte es que les digo...





jueves, 8 de diciembre de 2016

Songbook

La música es parte esencial de mi vida. No es solo ese acompañamiento a una escena de tantas que se generan en la vida, es también actor protagónico y ha sido incluso razón de viajar fuera de estas tierras.

Puede que no recuerde bien la textura de la arena de San Andrés ni mucho menos las facciones de aquella estudiante de Popayán que conocí allá, pero puedo recordar de memoria el jam de Gilberto Santarrosa cantando Perdóname en Carnegie Hall, aún sin gustarme la salsa. De la misma forma tengo que recurrir a Paradise de Tesla para evocar los días de un paseo con la gente del colegio que no me caía del todo mal, pero no me caía del todo bien.

Mi servicio militar en una Florencia que solo escuchaba Vallenatos pudo ser un martirio de no ser por las cartas de mi buena amiga Sandra, pero también por la compañía de Def Leppard y Bon Jovi en las horas libres.

Héroes del Silencio, Mago de Oz, Mauricio y Jhon Fredy como compañeros en Manizales, Don´t want to miss a thing y la despedida nada amigable de Adriana en el parque de Palermo un festivo lluvioso. MTV con su programa de 120 minutos lleno de What comes around de Il Niño y todo ese Nu metal después de media noche para trasnochar sin problemas durante los últimos semestres en la Nacho.

Las horas de camino a Parque Caldas solo para gastarme lo poco que tenía para comer en el almacén de discos de un tipo que más que melómano era un jíbaro satisfaciendo mi necesidad de encontrar algo de Disturbed ó de Deftones y que incluso me llegó a fiar en alguna ocasión; el morning view sessions y algunas miradas tristes para finalizar una tesis que se negaba a terminar.

Ángela no habría sido ese primer gran amor si no fuera por Love Song de Tesla, More Than Words de Extreme, y también por Guns´n Roses con su Don´t Cry como cabezas de cartel de una inolvidable y bonita relación que terminaría cuando me encuentro saliendo de la Universidad del Valle en medio del llanto y el compás de Black.

Black me dice “nevermore” al igual que ese cuervo que Allan Poe ubica sobre el busto de Palas, no solo por Ángela, sino por esa necesidad de tener que escuchar música todo el tiempo, y me muestra a Pearl Jam, que a su vez es Just Breathe, Light Years, Sirens o resumiendo, es Diana.

Catupecu Machu y No Te Va Gustar me llevan a tierras gauchas, donde Cristina hace su doctorado y me habla sobre un domiciliario que se demora una eternidad en llevarle comida. América es La cumbia del Rojo y todas esas adaptaciones de canciones populares, pero definitivamente es como La marcha de Rolando cuando interpreta Arde la ciudad.

Chris Cornell canta Thank You en el Songbook y me hubiera gustado que fuera ocasionalmente el soundtrack de una marcha nupcial, pero lo terminó robando una sonrisa luego de una espera en el Aeropuerto, que finaliza con Dead Wishes y especialmente con Before we disappear, también de Cornell solo por esa necedad de asociar un rostro con una banda, porque en el fondo mi memoria se pierde en imágenes, pero con una canción no se equivoca jamás.


Tal vez por esa misma necedad, quiero que te vuelvas canción.

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Es posiblemente una entrada demasiado personal, pero la catarsis si que era necesaria.

Well I know the words
but I can´t really speak them to you
and I hide all the pain
that I´ve gained with my wisdom from you...


Suerte es que les digo...