viernes, 13 de junio de 2014

Recuerdos mundialistas

Inicia la fiesta mundialista de cada 4 años que nos convierte un poco, por no decir mucho, en entes que se olvidan de su vida cotidiana y, durante un mes, no reconoce dias de la semana sino si es primera fase, octavos, cuartos, semifinal y final. Ahora que nuestra selección patría regresa, abundan los comerciales evocando la última vez que estuvimos en esta cita, y los comerciales ofreciendo sus productos investidos en su camiseta tricolor.

Yo por mi parte también me contagio y aprovecho unos días de inactividad obligada para ver lo que más pueda de este evento. Pero mis recuerdos no van solo 16 años atrás. Realmente van un poco más allá y se van para 1990. Y nada tiene que ver mi personalidad tan amañada en la época, creo.

Por esa época la selección también regresaba al mundial después de un tiempo, 28 para ser más precisos, también la vestía Adidas con un diseño que aún hoy resulta inolvidable, primer uniforme amarillo y segundo uniforme Rojo, al igual que ahora. Habría más similitudes que no vienen al caso ahora.

Ese año mi abuela se nos fue para siempre. Prácticamente a pesar del esfuerzo de mi mamá que se rompía el lomo trabajando para poder sostener la casa, tuve que aprender a crecer solo, aprender a llevar las llaves de la casa a todo lado para no quedarme por fuera, a hacer tareas y estudiar solo, y supongo que el silencio y la soledad fueron tomando convirtiendose en características o rasgos de personalidad.

Recuerdo mucho una camiseta Roja de coca-cola que mi mamá consiguió quien sabe donde, una pantaloneta que ahora creo era del colegio y unas medias amarillas de algún uniforme deportivo del salón. Dotación acorde a tan magno evento producido por la RAI de una forma increible y sin tener la tecnología que contamos hoy con direcTV y demás.

También recuerdo mucho que andaba de vacaciones de mitad de año, y para que mi mamá no se fuera a enloquecer con un hijo solo en casa, me metió en cursos vacacionales, allí me perdí ese Argentina vapuleado por Camerún y de paso aprendí a nadar y encontré lo que sería mi grupo de amigos de las vacaciones, algunos siguen siéndolo a pesar de tiempo y distancia.

Recuerdo también que ese año en una clase de educación física el profesor me dio una orden que habría de cambiar todo: ¨Desde hoy usted entrena basketball¨. Eso sería algo radical que tal vez si alguna vez lo veo tendré que agradecerlo pues me permitió aprender y querer un deporte brutal y me dejó los mejores amigos de colegio y de vida que tengo, aparte de mis hermanos de cancha, El flaco, el negro y Diego son ese grupo que no quisiera tener lejos jamás, de nuevo, a pesar de la distancia.

Pero tal vez el recuerdo más real que queda de esa época es ver como un morocho, y un mono peludo y crespo fueron dejando rivales en un partido prácticamente terminado para lograr un resultado anecdótico que no lleva a algún lado, pero que es de esos momentos que a pesar de tantos años, lo tenga tan presente en la memoria.



Años después vendrían cargados de rock y del Rojo del corazón, vendrían decepciones como la del 94 y otras cosas, vendrían buenos y malos momentos y la vida seguiría. Espero que haya buenos y tendré que aguantar malos instantes, vendrán amigos y espero que sigan presentes, y espero tener recuerdos como ese instante de hace 24 años, tan presente que arranque una buena sonrisa cuando uno sienta que el rumbo anda perdido.

Bueno, no más remembranza al estilo Los Años Maravillosos o Surviving Jack. La catarsis a veces viene bien y por eso la disfruto en forma de letras y recuerdos, por ahí anda Eltharion en remojo y cuando esté listo lo tendrán. Es mejor dejar por ahora con la diosa música mientras le doy un poco la razón a García Marquez o a Úrsula cuando decía que la vida da vueltas en circulos.

Tu equipo volvió a ganar
Te prendieron mil bengalas hoy
la banda grita tu nombre y ves
como la popular se va a caer...



Suerte es que les digo...

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