viernes, 9 de febrero de 2018

Miedos

Tengo miedo.

Tengo miedo porque hace mucho tiempo dejé de sentir mariposas en el estomago, para bien o para mal, posiblemente para mal.

Tengo miedo de que se haya perdido completamente el encanto de sentir algo por alguien, tan fuerte como cuando caminaba las frías calles de esa Manizales que tanto extraño pero que ahora resulta tan ajena, como esa Cali impersonal e hipócrita en ocasiones.

Tengo miedo de haber olvidado el sutil, o no tan sutil arte de esperar por una sonrisa, por unos labios esquivos, por un amanecer junto a alguien y sentir que la vida vale completamente la pena.

Tengo miedo de seguir equivocándome una y otra vez esperando que vuelvas, que me digas de una maldita vez que sucedió cuando aparentemente todo iba tan bien, que te fuiste para siempre y dejaste mucho por responder.

Tengo miedo de no volver a sentir la ansiedad de esas noches en donde solo existimos tu y yo, y los cuerpos, y el sudor, y la sonrisa idiota, y el abrazo interminable, y esa sensación de tranquilidad que ya nunca más volvió.

Tengo miedo de que se compruebe que finalmente el amor no existe, que es solo una alteración social, un encuentro furtivo de dos personas y que todo se reduce a una condición social y económica, parecida a esos trabajos que tanto detestamos.

Tengo miedo de perder esa imagen de otras noches, noches viejas y otras no tanto, donde el sueño me encontraba pensando en alguien más.

Tengo miedo que las promesas rotas terminen de romper un corazón que una vez quiso creer que todo iba a estar bien, y que nunca volvió a estarlo.

Tengo miedo de seguir caminando bajo la lluvia rumbo a mi casa con la certeza de no volverte a ver. De seguir buscándote en muchos otros rostros y en otros sitios y finalmente no encontrarte.

Tengo miedo de encontrar la muerte a la vuelta de la esquina y no poder decir una última vez Te amo de forma sincera, honesta, real.

Tengo miedo de que el silencio sea ahora esa música ensordecedora que impide que haya nuevas baladas empalagosas para escuchar junto a ti mientras tu sonrisa iluminaba toda mi existencia.

Las extraño, y más que eso, extraño como era en ese entonces, porque lo que hay ahora es solo una triste caricatura de algo que parece no va a ser nunca más.

Vuelve pronto, de una forma u otra, tengo mucho que compartirte, mucho que aprenderte, mucho que escucharte y mucho que quererte. Ven.

--------------------------------------------------

No mucho más por decir.

... Dead wishes, on a broken chain
white roses in a dead man´s dream
down and out with nothing to lose
if these long dead wishes
ever do come true...




Suerte es que les digo...

No hay comentarios: