Amor, Dolor, Esperanza

Una última pregunta y prometo no volvértela a hacer: Aún me amas?

Rafael se había estado preparando para esta pregunta durante toda la noche, y sin embargo lo tomó fuera de base. Era un momento apropiado para tener un trago de aguardiente, vodka, ó lo que fuera a la mano, sin embargo solo había un viento helado, y finalmente hubiera sido inutil, sus entrañas ardian  sin necesidad del alcohol.

Juliana esperaba una respuesta que le diera una sola esperanza, una puerta abierta para luchar contra cielo y tierra si fuera necesario, para recuperar ese amor embolatado meses atrás, cuando en medio de esas cada vez más usuales crisis existenciales que sufren los seres humanos de nuestra época, ella decidió tirar por la borda una relación estable de 3 años y medio, con planes establecidos y nombres para los hijos determinados.

Rafael trataba de reunir todas las fuerzas necesarias para escupir la respuesta. Mientras tanto se fueron agolpando los miles de recuerdos hermosos de su relación: tardes de caminatas por el boulevard, olores de playa y brisa, atardeceres con capuccino ó helado, tomadas de mano, besos, caricias, algo que algunos suelen llamar Amor.

Por otro lado, típico en los seres ambiguos, también llegaban recuerdos un poco más recientes: noches de inutiles intentos de ahogar las penas en alcohol, cuestionamientos personales, llamadas sin contestar, la recolección de las cosas que se dejaron en la casa de ella, lágrimas, insomnios y eso que algunos otros llaman Dolor.

Finalmente, y como un resplandor, llegaron los motivos principales de la respuesta final: una nueva oportunidad vestida en cuerpo de mujer, una nueva mirada, un nuevo encanto, otra ternura, otro aroma, otra boca, eso que los restantes llaman Esperanza.

La respuesta, así la intuyamos, no es asunto nuestro, como tampoco lo serán las consecuencias que ella traiga, buenas o malas. Importa saber que en medio de todo el caos, se encuentra la serenidad necesaria para seguir adelante en ese maldito juego que todos llamamos vida.

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Que relajante puede ser pasar una noche de sábado haciendo algo que no estaba planeado, charlando con alguien de cosas sin mayor importancia en un sitio tan inusual como una panaderia. En ocasiones no es necesario armar un gran plan para pasarla bien.

De la misma manera, a veces no es necesario rebuscar una historia en el fondo de la imaginación, solo basta abrir los ojos y mirar alrededor, que ella se aparece por si misma. Creo que lo mismo pasa con el amor, para que buscarlo, si usualmente este llega por si solo. Será ponerme a esperar seguro que ya aparecerá.

...An' now that we're here, it's so far away
An' I feel like I can face the day
An' I can't forget that I'm not ashamed
To be the person that I am today...



Suerte es que les digo...