sábado, 26 de marzo de 2011

Máscaras Rotas

No seré yo quien resuelva tus putas dudas.

Estas palabras cerraron el mensaje de texto que Isabella le mandaría por última vez a Álvaro aquella noche de viernes. Con rabia, como si todo el dolor y el odio que tenía acumulado adentro pudieran desahogarse a través de la fuerza con la cual tecleaba rápidamente en su teléfono, mandó un mensaje que terminó por desolarla.

Sin embargo no fue el contenido del mensaje, ni la bofetada certera ó el insulto descarnado lo que le rompía el alma a Álvaro, nada de eso. Lo que verdaderamente lastimaba su ser era la tristeza de los ojos de Isabella al mirarlo, la desilusión, el dolor de ver un sueño roto en mil pedazos.

Horas antes habían salido como venía siendo ya una costumbre un par de semanas atrás. La alegría de ambos había sido opacada por una verdad incomoda y la caída de un halo de perfección que solo era una apariencia, una máscara que finalmente terminaba rompiéndose.

De nada servía ahora que ambos sintieran cosas agradables al compartir el uno con el otro. Poco importaba ya cada tomada de mano en medio del silencio de una cena o una cita. Cada llamada o mensaje perdía cualquier efecto ante lo atroz de la realidad, triste y dura realidad.

Álvaro quedó frío con el frío del mensaje y de la madrugada, salió a caminar por las solitarias calles de una ciudad muda y ajena. Por obvias razones, las dudas no desaparecieron, todo lo contrario, aumentaron y lo atormentaron por el resto de la jornada.

Ahora el no olvida ese rostro triste y ella no olvida esa máscara rota...

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Retomamos un poco la inspiración pachanguera, no son días fáciles y parece que es en los momentos de mayor oscuridad que la musa inspiradora se aparece por estos lados.

Porque realmente todos putos son, la perfección no existe. Dos argumentos sencillos que se aplican más de lo que uno quisera.

Tema para esta Pachanga muy conocido por estos lados, y es que como lo habría expresado una persona que estimo mucho, Aaron Lewis tiene una voz que llama a la nostalgia y la tristeza.

...If you just walked away
What could I really say?
would it matter anyway?
would it change how you feel?...




Suerte es que les digo...

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