Todo se antoja como un sueño, de esos que se vienen en tardes de locura, que se demoran en llegar como ha sido casi una característica básica en eso que llamo vida, pero es un sueño que poco a poco empieza a convertirse en una realidad.
No es una moda, una de mis primeras adquisiciones de una colección de casettes ahora guardada en una caja en Ibagué fue el Vs. corría el año 1993 y en un TDK A60 quedaron de manera magnética grabados unos sonidos que habré repetido muchas veces.
Años después, con la llegada de una grabadora con unidad de discos compactos, habría de llegar el Yield. Podría ser el año 98, ó 99, solo recuerdo que mi vida estaba en Manizales y mis adquisiciones musicales se enfrentaban de manera seria y miserable con mi presupuesto mensual para manutención. El caso fue que en más de una ocasión ganó mi pasión musical y hoy no me arrepiento.
Mucho ha pasado, el gusto se fue madurando lentamente, Casettes, álbums en MP3 y Discos compactos, siempre algún buen momento para escuchar, temas curiosos como Last Kiss, videos brutales como Do The Evolution, ó la historia detrás de Jeremy, siempre una historia que contar.
Finalmente todo converge en 2009 cuando las esperanzas se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos, y en medio de la desesperación el sonido de una guitarra, y un mensaje que describía todo lo que mi corazón albergaba fue que catalizó todo.
Una pasión que generó unas ganas de escuchar cada canción, de entender más temas, de conocer otras historias ocultas en canciones, de pachanguear, de vivir un poco en medio de las letras de Eddie.
Y finalmente, tras 20 años de recorrido artístico que los ha llevado por todo el mundo, deciden visitar sitios no tan cercanos, pero lo más cercano para mi. Serán 1800 kilómetros que me acercaran a la posibilidad de convertir un sueño en realidad, será también la posibilidad de emprender una peregrinación, una de esas que todo mundo sueña y que a veces por cualquier razón, no todos pueden ejecutarla.
Hoy se inició un viaje, uno que haré en 114 días posiblemente y que finalmente me acercará a escasos metros de una de mis bandas de culto. Como me han dicho, la suerte al parecer esta de mi lado y cuando parecía que me encontraba con la primera piedra del camino, el destino y lo que llaman la fortuna permitieron salvar el primer obstáculo.
Las entradas ya están aseguradas. Ahora si, empecemos a dar los primeros pasos que me llevarán a ver a Pearl Jam en 118 días. Mi hermano del alma me acompañará y no puedo estar mas feliz, ya estuvimos viendo a Incubus, ahora será seguiremos con PJ. Que se venga el Tour PJ20, Lima me espera y no se como, allá estaré.
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Un tema de Eddie Vedder, no tiene letra pero puede decirlo todo, un atardecer multicolor en medio de una playa, el sonido del mar estrellándose contra los acantilados, el himno de un viaje que no inicia aun, pero que ya se decidió.
Pachanga con Bonus en video, un breve recorrido de la banda.
Suerte es que les digo...
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