martes, 5 de abril de 2011

El Satélite

La noche es fresca y despejada. Me encuentro con unos amigos pero sin embargo tampoco estoy con ellos, la cerveza helada, el sitio a media luz y mis pensamientos sencillamente me llevan lejos del lugar, estoy y no estoy en el mismo instante y en todo el tiempo. Me recuesto sobre el pasto y sobre mí observo la majestuosidad del universo, y lo noto.

La claridad de esa noche permite que lo pueda observar con nitidez total. Es un satélite que solitario orbita sobre mi cabeza y que solo puedo ver por medio de la luz del sol que en él se refleja. Pasa con su propia velocidad desafiando la gravedad de todo a mi alrededor, dominándolo todo a su alrededor.

Es entonces cuando creo que tiempo y espacio dejan de ser dos dimensiones para convertirse en algo estático. Los sonidos de la charla de mis amigos se confunden con el sonido de la música que alrededor suena y a mi poco me importan realmente alguna de las dos, solo me quedo alelado mientras veo el satélite circular sobre mi cabeza, dentro de mi cabeza también.

El frío de la noche me pide que me abrigue un poco, al menos que me acerque a la pequeña fogata, pero es difícil dejar de pensar en eso que esta dando vueltas sobre ti, así que me limito a calentarme un poco, tomarme otro sorbo de una cerveza que desearía que fuera un ron y seguir absorto con la vista al cielo.

Pienso si alguien mas en la inmensidad del mundo esta viendo lo mismo que yo, probablemente así sea. Es un espectáculo verlo recorrer el cielo con un paso lento pero constante, incansable, inevitable. Quisiera poder volar y tocarlo, sentirlo, saber si es frío o cálido, tal vez si es un poco de ambas. Quisiera muchas cosas más, pero recuerdo que no puedo, recuerdo que a diferencia de este satélite, yo me encuentro recostado en la tierra y no en el espacio sideral.

Soy un simple ser humano lleno de imperfecciones y defectos que contempla la belleza de su entorno, absorto, concentrado, viendo el lento pasar de un satélite que para muchos pudiera no tener mayor importancia, pero para mi marcó un instante y que luego de perderse en el horizonte dejó de nuevo la noche en la más absurda de las tinieblas.

Y si, puede que mañana vuelva a brillar la luna, sería bueno recibir de nuevo su belleza y que el calor de su luz, que realmente es la luz del sol que en ella se refleja vuelva a mi, al menos por un instante que pueda ser pasajero, pero también, si el destino lo desea, algo eterno.

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De esos cuentos que debes escribir, ó al menos terminarlos porque si no, no te dejan en paz. Es bueno terminarlo y publicarlo, así sea un martes y tengas mil cosas más que hacer. Nada más que decir.

...And then I looked up at the sun and I could see
Oh, the way that gravity pulls on you and me,
And then I looked up at the sky and saw the sun
And the way that gravity pushes on everyone...






Suerte es que les digo...

1 comentario:

Tina dijo...

Pues realmente no me da la impresión de estar terminado :P