Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese fruto perplejo,
no tiene que agriarse con tu sino solitario;
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original
-contigo mismo-.
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.
Jueves de fotografía que de acuerdo al tema realmente poco importa, la foto es lo más normal del mundo. Sin embargo importa más el significado de la foto, lo que ello encierra, al fin y al cabo la Pachanga esta para es para que les pueda hablar de mi vida, de mis cosas, o al menos rozarlas tangencialmente.
Esta semana para los que no me conocen pero me leen ocasionalmente fue mi cumpleaños. Han sido 32 abriles, algunos buenos y otros no tanto, pero de un tiempo para acá debo reconocer que los disfruto cada vez más, posiblemente sea porque cada cumpleaños es uno menos(?).
El caso es que en la foto de hoy se puede observar algunos de los recuerdos que me quedaron de este día:
La camiseta de un equipo que me hace delirar, que practicamente es mi estilo de vida ya que no hay un día donde no se hable del Rojo Corazón con alguno de mis amigos. La mecha es algo que me hace reir y llorar, que amo de manera sincera, radiante, completa. Es una irracionalidad, un despropósito, pero así es y por el momento nada lo hace cambiar.
Fue una camiseta comprada hace 2 meses, que costó más de su valor actual en las tiendas, que no es el modelo más hermoso de camiseta que ha vestido el equipo, que se demoró una eternidad incluso, todo eso es cierto. Pero no importa, la espera vale la pena, es un aporte que se hizo con el corazón y eso me importa más que un diseño, un color o esperar la vida entera.
Un mug del Barcelona, equipo que sigo desde hace 16 años en épocas de jugadores Holandeses que mostraban un fútbol espectacular. Hoy en día la magia hecha fútbol esta representada en los pies de grandes jugadores. No miento si digo que si no fuera Americano, sería indiscutiblemente culé porque el sentimiento Blaugrana trasciende factores futbolísticos y roza con aspectos de la idiosincrasia Catalana. Més que un club es algo que encierra muy bien ese sentir.
El mug no fue un regalo de cumpleaños, de hecho fue un detalle para subir el ánimo en difíciles momentos y pues más que el detalle como tal, representa una cerveza, el desahogo, el posible valor de una amistad y su prueba reina que es en los momentos oscuros. Ese es el valor del detalle.
Otro Mug traído desde Argentina, un par de amigos que se acordaron de mi en la distancia, de ese amor que profeso por el fútbol, por un equipo que se relaciona con mi Rojo Corazón en colores, en hermandad de hinchadas, en muchas cosas intangibles.
Otro detalle que no fue de cumpleaños, de hecho estaba guardado desde Enero, pero que se entregó apenas la semana pasada. Es otra muestra del cariño de unas personas que quiero muchisimo, que han pasado por las buenas y las malas, y su fé, esa misma que me hace tanta falta, pero que ellos compensan por mi, los ha mantenido unidos. Una historia de amor que no se como terminará, pero que espero sea épica, gracias por tanto momento, gracias por tanta amistad.
El tercer mug, posiblemente de esos regalos que siempre te quitará el aliento. Otros amigos que hacen que Cali no sea tan detestado a veces. La creatividad de sus donantes no conoce limites, siempre pendientes de todos, a veces más de lo que uno mismo pudiera esperar. De esas personas que hacen que la amistad tenga forma humana.
Precisamente esta semana hablando con Laura, una amiga incondicional que ya tendrá su turno en esta entrada, pensábamos lo difícil que puede ser regalar algo, algo que no necesariamente tenga que costar mucho para ser un buen regalo. Pues Cris y Moro se encargaron una vez más (Ya el año pasado lo habían hecho muy a su estilo) de mostrarme que un simple detalle puede encerrar todo un cariño y no ser algo opulento. En serio, el mejor regalo que recibí fue ese, que detallazo, que brutal, que de todo.
Una botella de vino es la lectura entre líneas de charlas que se sostienen hasta que el cuerpo aguante. El vino es para mi sinónimo de intimidad, de una charla sincera acompañada de buena música, de disfrutar el instante, de cultivar una amistad, de muchas cosas que solo el tiempo puede decir que serán.
El tamaño resulta perfecto, no es un simple detalle, sin duda alguna será un excelente momento, una deliciosa charla y una noche para recordar.
Finalmente una nutella que recuerda que a veces las fresas si pueden ser deliciosas, el recuerdo de una buena cena, de una amistad que se pone a prueba y sigue adelante, de que aunque la pasión no vista de los mismos colores, resulta siendo la misma, con igual intensidad, con igual respeto. Un cariño de apenas un par de años pero que ha sido demasiado grande.
No importa la hora, no importa el día, incluso, no importa el resultado, siempre habrá disponibilidad para hablar con esa persona que se parece a un alma gemela en materia de fútbol. Una amiga incondicional que no tendrá miedo de decir que se hace bien y que se hace mal.
El poema fue un regalo, su autor Dario Jaramillo Agudelo. Palabras que como la persona que lo envió lo dijo, encierran esas verdades que nunca se deben olvidar, de esas que se deberían tatuar en el corazón, que hacen que las realidades en su momento no duelan tanto. Un excelente regalo de una persona especial.
Además de lo que se ve, esta también el delicioso almuerzo, las llamadas, las menciones, los comentarios y correos, cada uno encierra un instante compartido, algunos con más intensidad que otros, pero cada uno recordado. Para cada uno de ellos, que si me pongo a nombrarlos no termino esta entrada hoy, les agradezco desde corazón, como ya lo dije, cada uno a su modo hizo de mi día de cumpleaños un día menos parecido a los demás.
Para cerrar esta Pachanga, una canción de No Te Va Gustar cuyo último álbum he conseguido en estos días y debo decir que ha sido fenomenal dado que comprueba que esta agrupación Uruguaya la tiene clara con cada letra, que canta con el alma, música que se puede cantar a grito herido y disfrutarla. Un tema tal vez adecuado en nombre, y en letra.
Que se va la vida a veces siento
Que rio menos cuando más lo intento
No sé si estoy en el lugar correcto
Si pienso en esto, ya no me arrepiento
La piel se cambia sola
No espera a nadie ni a nada
La decisión equivocada
Puede transformarse en ley
Un día me encontré a la vuelta de mi casa
El pelo oscuro un ángel con campera
Le dije te espere la vida entera...
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